Música y neurociencia se
alían en la reducción de trastornos mentales
Avances en neurociencia
avalan el uso de la música en rehabilitación cerebral
La Academia de Ciencias
de Nueva York ha publicado un monográfico sobre la importancia que tiene la
música en la rehabilitación cerebral, en el desarrollo y en el tratamiento de
alteraciones neuronales. La música es considerada un lenguaje especial dirigido,
fundamentalmente, a comunicar, evocar e incluso reforzar emociones. Sin ningún
lugar a dudas, un gran avance que muestra la necesidad que tenemos de vivir con
la música, así como su potencial terapéutico.
Se prevé que la
expectativa de vida aumentará, por tanto, el envejecimiento de las poblaciones.
Esto conlleva, un aumento de los trastornos neurológicos, lo que implica la
necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas que sufren los efectos
inducidos por este tipo de trastornos.
En este contexto la
música ha ido adquiriendo, en los últimos años gran importancia. De hecho, ha
pasado de ser considerada como una actividad lúdica y de disfrute, para
transformarse en uno de los grandes avances psicoterapéuticos.
Esta preocupación ha conducido
a una de las revista más prestigiosas de los Estados Unidos de América, Annals
of de New York Academy of Science, a desarrollar un interesante monográfico
sobre la implementación de la estimulación cognitiva y la rehabilitación basada
en la música.
En dicho monográfico,
numerosos expertos mundiales en la materia, hacen un recorrido por los
beneficios y posibilidades que tiene la música en el ámbito de las ciencias de
la salud. Los editores del monográfico destacan las intervenciones basadas en
la música relativa a la enfermedad de Parkinson, a la demencia y a la
enfermedad de Alzheimer. Así mismo, aunque no nos ocuparemos de estos aspectos,
en este interesante volumen se muestran la relevancia de la aplicación de la
danza en la plasticidad cerebral y en el desarrollo neuronal de los niños y de
los bebés.
Trastornos neurológicos y
musicoterapia
Las enfermedades
neurológicas provocan en los afectados importantes discapacidades que
repercuten, directamente, en la vida socio-laboral y familiar del paciente. Por
lo que requieren cuidados específicos para llevar a cabo un proceso de
rehabilitación. Entre estos cuidados se encuentra el uso de la musicoterapia.
Según expone Stephan
Koelsch en dicho monográfico, la música
puede ser empleada como terapia para reducir el dolor, las preocupaciones y la
ansiedad. Así, determinadas actuaciones que evocan emociones a través de la
música, podrían ser el punto inicial de futuras terapias musicales. Koelsch
afirma que, gracias a ella es posible regular emociones y estados de ánimo de
los pacientes por la reactualización de momentos vividos anteriormente
(evocación). Esto incluye reducir el dolor, las preocupaciones y la ansiedad, a
través del proceso denominado “emociones evocadas por la música”.
Por otro lado, la música
está estrechamente relacionada con nuestra competencia social. En este aspecto
y sorprendentemente, las personas que padecen trastorno del espectro autista
(TEA) parecen estar perfectamente sociabilizadas cuando se trata del ámbito musical.
Esto contrasta con los problemas que presentan estas personas para
interaccionar con los demás en otros contextos sociales. De ahí que se piense
que ellos, digámoslo así, se refugian en la música para llenar ese hueco que
les produce su enfermedad.
Vuilleumier y Trost
sugieren en su trabajo, que la música activa dos regiones cerebrales, la
emocional y la motivacional. Dicha interrelación cerebral hace que sea mucho
más sencillo obtener beneficios psíquicos de los tratamientos a través de la
misma. Ello es así, pues esta doble activación mejora nuestra aptitud y actitud
ante los problemas.
La realidad de los
trastornos neurológicos
Los trastornos
neurológicos son enfermedades del sistema nervioso central y periférico.
Cerebro, médula espinal y nervios constituyen estos sistemas y en conjunto
controlan todas las funciones del cuerpo. Cuando alguna de estas partes se ve
afectada y no funciona bien, es cuando se originan determinadas dificultades,
bien sea, para hablar, caminar, respirar, aprender o recordar, entre otras.
Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 6,2 millones de personas mueren cada
año por accidentes cerebrovasculares. Más de 50 millones de personas en todo el
mundo tienen epilepsia. Según los cálculos, 35,6 millones de personas en todo
el mundo padecen demencia, y se diagnostican 7,7 millones de casos nuevos cada
año (la enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia y puede
contribuir al 60%-70% de los casos). Por otro lado, la prevalencia de la
migraña es superior al 10% en todo el mundo.
Existen estudios
recientes que demuestran que la música es una de las terapias empleadas para
hacer frente a una enfermedad tan devastadora como es el Alzheimer. Y, ¿por
qué? Según afirma un estudio reciente estos enfermos conservan sus recuerdos
musicales, sea cual sea la fase en la que se encuentra la enfermedad. Todo
parece indicar que la música la guardamos en un área cerebral diferente al
resto de los recuerdos.
Al igual que ésta, otras
enfermedades, como el déficit de atención por hiperactividad, enfermedad de
Parkinson, epilepsia, trastornos emocionales diversos, podrían tener en la
música beneficios educacionales terapéuticos.
Reorganización del
cerebro
La corteza cerebral tiene
la capacidad de reorganizarse en función de sus necesidades. En este sentido el
lenguaje musical tiene la capacidad de llevar a cabo este cambio, provocando la
activación de determinadas zonas del mismo que intervienen en procesos motores,
emocionales y cognitivos. Según los científicos, la anatomía cerebral de
nuestro cerebro se va modelando en función de los hábitos musicales que
practiquemos.
Tanto es así que, se ha
observado que niños de corta edad iniciados en el estudio musical, presentaban
una anatomía cerebral muy diferente a la de niños que no realizaban dicha
práctica. En concreto, las áreas empleadas para procesar la música eran mayores
y más activas.
De igual forma que los
cambios que se producen cuando personas invidentes muestran habilidades auditivas
más desarrolladas. La privación de una de las áreas sensoriales como es la
visión, en este caso, favorece el incremento de habilidades en otra modalidad.
De hecho, en estas personas se observó en la corteza cerebral, la existencia de
una mayor expansión del territorio auditivo.
El futuro de la
músico-terapia
En el siglo XIX y a
principios del siglo XX, las investigaciones científicas realizadas a nivel
cerebral abarcaban muchas áreas. El estudio de cada área en concreto, se
realizaba de forma aislada empleando objetivos y métodos totalmente diferentes.
Esta concepción mecánica del cerebro se ha transformado sustancialmente.
Por ejemplo, en la
actualidad, la teoría de las inteligencias múltiples expuesta por Howard
Gardner ha adquirido una gran relevancia. Esta propuesta viene a decir que
nuestro cerebro es una gran red en la que existen ocho grandes bloques
neuronales denominados inteligencias.
Pues bien, este cambio en
la concepción del cerebro trajo consigo la necesidad de conocer su
funcionamiento en conjunto y no en partes. Esta necesidad, ha llevado a la
unión de diferentes disciplinas científicas interrelacionadas, tales como
biología, medicina y psicología, entre otros.
El objetivo de las
ciencias del cerebro es el de realizar estudios más completos que ayuden a
entender el funcionamiento y las distorsiones sufridas por éste. Gracias a
dicha cooperación, se están optimizando y empleando nuevas metodologías
terapéuticas para mejorar el tratamiento de este tipo de dolencias.
La músico-terapia,
entonces, surge de este proceso de relación entre disciplinas científicas y
está adquiriendo gran importancia, al tiempo que está despertando un gran
interés a nivel científico y médico. Esto es debido a la aplicabilidad que
presenta frente a una amplia diversidad de problemas de salud humana de orden
psicoanalítico aliviando ciertas dolencias corporales. Pues la salud emocional
es fundamental para el ser humano.
Por ello, la
musicoterapia, hoy en día, es reconocida como una disciplina científica que ha
ido ganando adeptos entre los profesionales de la medicina, reconociéndola como
una gran alternativa terapéutica.
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