´La música es el mejor transmisor emocional que tiene
el ser humano´
"Este arte, un gran patrimonio del hombre, ahora
se ha convertido en una herramienta comercial"
-¿Cuál fue la génesis del proyecto Neønimus?
-Cuando todavía tenía el otro grupo compaginaba mi
actividad musical con mi faceta profesional de ilustrador en mi propio estudio.
Un buen día mientras que iba conduciendo me planteé que si la crisis afectaba a
mi negocio me dedicaría exclusivamente a la música y de repente pensé ¿tengo
que esperar a que se destruya mi estudio? En ese momento, hace cuatro años,
comenzó a surgir en mí el pensamiento de un proyecto musical nuevo. Decidí
dejar todo por la música. Fue un cambio en muchos sentidos. Durante un año
estuve reflexionando sobre lo que quería hacer, pues me visualizaba sobre un
escenario con un piano interpretando. Tras pensar mucho, descubrí que lo que me
interesaba era que el público conversara de las emociones que habían sentido al
escuchar mi música y empecé a componer haciendo polifonía vocal asistida con
tecnología que trata de remover emociones.
-Le influyeron músicos noruegos.
-Yo vivo en Cobarrubia una localidad de Burgos, donde
está enterrada una princesa noruega que en siglo XIII se casó con un hermano
del rey Alfonso X. Por aquella alianza que hubo, la embajada Noruega organiza
todos los veranos una semana cultural donde trae al pueblo a los músicos más
vanguardistas de ese país. La "ø" es un homenaje a tanta inspiración
que he recibido de ellos. Además, durante el año que estuve meditando sobre lo
que quería hacer, recibí clases de canto lírico porque sabía que mi voz era uno
de mis grandes recursos. Resulta fascinante la relación de mi voz y la
tecnología.
-Presenta un viaje a la intimidad cultural y a la
espiritual del ser humano, lo que también califica como una conexión con lo
antiguo.
-Todo es un ejercicio de fantasía porque en algunas
composiciones utilizo piezas de hueso o sílex, pero indudablemente en el
Paleolítico no se hacía la música que yo hago. No obstante, la visión de los
hombres de esa época como seres brutos hay que cambiarla. Cuando contemplamos
una pintura rupestre o un grabado esquemático de una cueva hay que tener
presente la sensibilidad artística enorme de las personas que los hicieron. Es
muy fácil pensar que musicalmente tenía esa misma sensibilidad, más cuando se
han encontrado flautas hechas con huesos de animales de más de 38.000 años de
antigüedad.
-¿La sensibilidad artística está unida a la existencia
humana?
-Sí, sin duda el cerebro trata la música de una manera
distinta a otros conocimientos. Cuando una persona sufre Alzheimer se olvida de
su nombre, pero recuerda las canciones de su infancia. El cerebro otorga un
tratamiento especial a la música. Algunos investigadores proponen que el
Neandertal tenía una forma de hablar muy musical. Puede que la cantidad de
palabras que manejaran fuera reducida, pero las entonaban de distinta forma
para dar un significado u otro.
-Para usted la sugestión es parte importante de la
creación.
-Mi manera de escribir esta música no es desde la
teoría, está hecha desde un lado muy emocional. En mis obras puede haber
secuencias de notas que estimulan el cerebro, según me dicen tras concluir los
conciertos. Pretendo conectar con el lado emocional del espectador. Es como un
viaje al interior y a lo remoto de la esencia del ser humano. Una de las cosas
que creo es que la música es el mejor transmisor emocional que tiene el ser
humano.
-Usted ha dado a conocer su trabajo en cuevas o
iglesias. ¿Influye mucho el marco a la hora de tocar?
-Hasta hace un tiempo pensaba que sí, pero hace unos
cuatro meses ofrecí un concierto en el auditorio del Conservatorio de Música
Profesional de Burgos, un recito moderno, y ha sido el concierto más especial
que he hecho. Notaba algo especial y creo que el público también lo sintió.
Paco de Lucía decía que en algunos conciertos hay duende y en ese en Burgos, lo
hubo. Cuando me subo al escenario no se trata de mostrar lo que sé hacer, sino
de vivir algo especial.
-En el espacio escénico comparte protagonismo su voz
con?
-Desde huesos hasta una flauta dulce o un acordeón
diatónico, pero el principal instrumento es mi voz. Grabo una frase y una
máquina lo repite y voy grabando todo en directo. Creo que lo que hago es una
pérdida de pudor porque cuando enseñaba las cosas que componía a mis amigos me
decían que al público no le iba a gusta. Creo que este proyecto me ha hecho
sacar un poco al niño que llevo dentro, por lo que creo que para los niños
puede ser un espectáculo interesante pues ven que se puede hacer música
únicamente con la voz.
-La música es un gran patrimonio, pero ¿se cuida?
-Es el gran patrimonio del ser humano, pero ahora es
una herramienta comercial. Casi toda la música que nos llega es comercial, ya
sea a través de los anuncios, de la radio o la que suena en los comercios. No
es una música hecha con el corazón. La música de Neønimus está hecha sin el
filtro de la consciencia. Son mis emociones hechas sonidos para que quienes las
escuchen las pueda decodificar y emocionarse también.
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